¿A qué nos referimos cuando hablamos de una vivienda ecoeficiente? ¿Qué factores está en nuestras manos mejorar? Para tener unos espacios sostenibles desde la base, os explicamos en detalle las más importantes.

Como diseñadores cada vez nos encontramos con una mayor sensibilidad hacia la sostenibilidad en el hábitat. Uno de sus aspectos clave es el ahorro energético y éste va ligado al concepto de ecoeficiencia: el equilibrio entre impacto ambiental y beneficio generado.

Aunque vivamos en un piso con una construcción ya realizada o en una ciudad con un menor acceso a los recursos naturales, podemos aplicar en nuestras casas numerosas mejoras y estrategias para reducir el coste de nuestras facturas y su huella ecológica.

BIOCLIMATISMO

Si nos encontramos en el momento de la elección de la vivienda es conveniente contemplar si el edificio responde a estrategias bioclimáticas de aprovechamiento solar así como pluvial, eólico o geotérmico. En general, la orientación Norte-Sur será la mejor opción para climas fríos o templados si las fachadas y ventanas principales se disponen al Sur y los servicios al Norte. También recomendamos valorar que a mayor compacidad del volumen del edificio, es decir, cuánto menor sea su superficie, mayor será su eficiencia energética.

Si, por el contrario, ya tenemos una vivienda habitual siempre podemos instalar unos alerones o toldos sobre las ventanas, cuya inclinación esté bien estudiada. Éstos nos protegerán de la fuerte radiación solar en verano, cuando el sol orbita más alto mientras que en invierno podremos aprovechar la radiación y la luz ya que su baja inclinación en el horizonte no les impedirá la entrada.

VENTANAS

La envolvente que resguarda nuestro hogar de la intemperie será, juntamente con el aislamiento térmico del edificio, tan buena como lo sean sus ventanas, puesto que en ellas se produce mayoritariamente el intercambio de temperatura entre interior y exterior. Así que, si nos estamos planteando hacer una inversión en unas ventanas nuevas, esta mejora será una medida de ahorro de amortización rápida.

Para la carpintería, las soluciones más indicadas por su capacidad aislante son la madera o los perfiles con rotura de puente térmico. En cuanto a los vidrios que mantienen mejor la temperatura superficial, independientemente de la temperatura exterior, tenemos (de menor a mayor eficiencia) las ventanas aislantes de doble o triple vidrio, las dobles ventanas y los vidrios dobles o triples de baja emisividad.

En este último caso se reducen las pérdidas térmicas al reflejarse, por medio de una capa metálica, la radiación infrarroja procedente del interior. En el caso de que lo que nos interese sea reflejar la radiación térmica y luminosa procedente del exterior, podemos encontrar en el mercado vidrios de control solar que también actúan por medio de una capa metálica vaporizada.

DISTRIBUCIONES

Para un menor gasto en iluminación y climatización, en el momento de distribuir los espacios interiores estudiaremos con detenimiento cada caso particular, las peculiaridades del emplazamiento y el clima así como los usos y las preferencias personales de los habitantes. Sin embargo, como criterio general intentaremos ubicar las zonas de día como el salón, el comedor y la oficina en la fachada Sur, ya que es la que recibe más horas de luz. Los dormitorios, por el contrario, funcionan muy bien orientados al Este cuando pueden recibir el sol de primera hora de la mañana. La fachada Norte es perfecta por su bajo soleamiento para ubicar los espacios no calefactados como cocinas, trasteros, aseos, cajas de escalera, cuartos de instalaciones… que funcionen como espacios tapón amortiguando la diferencia térmica con el exterior. En la fachada Oeste recibiremos el sol de tarde y podemos colocar en esa orientación los espacios que tengamos la costumbre de habitar en esa franja del día o incluso, en ausencia de una orientación mejor en nuestra vivienda, las zonas de día.

Buscaremos conseguir el mayor ahorro energético por el aprovechamiento de recursos naturales.

CLIMATIZACIÓN

Si hemos seguido las anteriores pautas en bioclimatismo, ventanas y distribuciones, nuestra demanda energética para calefacción y aire condicionado se habrá visto considerablemente reducida. Podemos plantearnos incorporar a nuestra vivienda un sistema que funcione con energías renovables y que climatice los espacios por radiación como las estufas de obra o la calefacción de suelo, muro y techo radiantes. Con estos sistemas es necesaria una menor temperatura superficial para mantener el aire a una temperatura óptima, al contrario de lo que sucede con los sistemas por convección como climatizadores, estufas, convectores…

Si esta prioridad no fuera posible, tendremos en cuenta el punto de vista ecológico: las emisiones de CO₂ del sistema elegido. En este sentido las instalaciones eficientes de clase energética superior suponen una medida de ahorro de amortización rápida.

Una vez tratadas estas medidas de base para el ahorro energético en nuestro hogar, también son importantes otros factores como las instalaciones de agua y luz, la elección de los electrodomésticos y un cambio en nuestros hábitos. Abordaremos estos temas en profundidad un artículo posterior.